La sociedad actual está cimentada sobre la utilización de las nuevas tecnologías. Estas se encuentran introducidas ya de forma casi natural en el día a día de una gran parte de la población mundial, habiéndose vuelto imprescindibles en muchos aspectos de la vida cotidiana. Dentro de este amplio concepto, nos encontraríamos con el término de tecnologías de la información y la comunicación (TIC a partir de ahora). Esto incluiría cualquier tipo de tecnología (ya sea a nivel de equipo o programa) que permita a los usuarios acceder, almacenar, recuperar, transmitir o manipular información (Belloch, 2012). Como se puede intuir, esta definición deja un espectro muy amplio y dinámico a la hora de poder acotar términos, ya que dependiendo del momento histórico en el que uno se encuentre podríamos englobar diferentes elementos en esta definición. No obstante, y si nos ceñimos al momento actual, parece correcto enfocar las TIC hacia lo relacionado con las redes digitales y las últimas novedades a nivel informático, incluyendo campos como la robótica e incluso la inteligencia artificial.
Estos avances tecnológicos, aparte de influir en la vida cotidiana, han tenido un gran impacto en muchos campos científicos. Desde el campo de la psicología, las TIC se han aplicado en prácticamente todos sus ámbitos como el experimental, educativo, social, psicométrico y clínico (Botella et al., 2007). Dentro de la propia psicología clínica, se ha podido notar un incremento notable en los últimos años de intervenciones e investigaciones realizadas a través o con la ayuda de TIC (Botella y Bretón-López, 2014), siempre primando el beneficio del paciente a través de las extensas posibilidades que ofrecen estas tecnologías. Esta simbiosis se ha visto reflejada tanto en aspectos evaluativos como propiamente de intervención, abriendo una multitud de posibilidades en cuanto a opciones terapéuticas se refiere, abarcando desde la recogida de datos clínicos a través de apps móviles como a intervenciones estructuradas a partir de elementos de realidad virtual, por citar algunos ejemplos.
Oportunidades del uso de las TIC
Estas tecnologías presentan un buen número de ventajas a la hora de poder ser aplicadas, tanto si se habla en un nivel más general respecto a las propias TIC como de su aplicación en el ámbito de la salud mental. En un amplio espectro, es innegable señalar lo estandarizados y familiarizados que estamos como sociedad a estas herramientas. Conceptos como la mensajería instantánea (Whatsapp, Telegram) o las videollamadas (Skype, Hangout) suelen ser familiares incluso para las personas más desconectadas del ámbito digital, por lo que se puede desprender que una gran parte de la sociedad tendrá acceso a ella, o por lo menos se tendrá conocimiento de estas.
Por otro lado, muchas de ellas son accesibles prácticamente en cualquier momento o lugar, teniendo una inmediatez en el manejo de la información nunca antes visto. Si aplicamos en el campo terapéutico, las TIC pueden ser una excelente manera de acercar los procesos psicológicos a gente que no tenga fácil acceso presencial a estos servicios (Botella, Garcia-Palacios, Baños y Quero, 2009). Esto puede ser verdaderamente útil en casos de movilidad reducida o en una época como la actual, con una situación sanitaria que favorece que la gente tenga los menores desplazamientos posibles debido a las restricciones por el COVID-19. Gracias al uso de programas de videollamada, se han podido mantener de forma “normal” las terapias psicológicas que de otra manera habrían quedado canceladas irremediablemente. Al mismo tiempo facilita la generación de nuevas y eficientes técnicas de evaluación (fomentando especialmente el uso de medidas objetivas, debido a la simbiosis de estas con las herramientas informáticas) e intervención. Entre estas podríamos encontrar los tratamientos para fobias basados en la exposición en un entorno de realidad aumentada o virtual, entre otras, teniendo estas una efectividad cercana a las técnicas de exposición reales (Maples-Keller, Bunnell, Kim y Rothbaum, 2017) e incluso ofreciendo una mejor puerta de entrada para ciertos pacientes. También podríamos comentar las ventajas en la corrección y automatización de cuestionarios y evaluaciones, reduciendo mucho el tiempo necesario para corregir este tipo de pruebas.
Limitaciones y retos de futuro
No obstante, aunque estas herramientas cuentan con un buen abanico de posibilidades y ventajas, cuentan también con ciertas limitaciones. Para empezar, a pesar de estar en una sociedad altamente informatizada, hay estratos de la sociedad que pueden tener difícil acceso a estas herramientas de forma estable. Contextos socioeconómicos difíciles pueden evitar que se puedan utilizar estas tecnologías para los fines descritos anteriormente y de forma continuada, pudiendo impedir el acceso a personas con pocos recursos económicos, perjudicando aún más su situación. Podríamos encontrar por lo tanto una brecha digital entre estratos sociales que, a pesar de ser un problema en todos los ámbitos, toma especial relevancia cuando hablamos de temas sanitarios. Por otro lado, aunque estamos familiarizados con muchas de estas herramientas, a la hora de aplicarlas en campos específicos pueden requerir de un coste adicional o de una formación previa, lo que puede dar problemas a nivel de integración con los profesionales, los cuales han de estar versados y han de querer invertir el tiempo y recursos necesarios para poder sacarle el máximo provecho . Además, el uso de estas tecnologías puede tener un coste económico demasiado alto para clínicas pequeñas o para terapeutas individuales, y en aquellos centros más grandes, podríamos encontrarnos con problemas de logística respecto a la implementación de las TIC en la práctica habitual de sus profesionales. A nivel clínico, el mal uso de estas tecnologías podría dar lugar a relaciones terapéuticas de dependencia excesiva, o ser usadas por el paciente como elemento de seguridad de forma incorrecta para su evolución. Por otro lado, aunque es cierto que podríamos encontrar en las TIC una forma mucho más eficiente de pasación y corrección de cuestionarios, sería difícil evaluar factores cualitativos que podrían estudiarse de hacer una evaluación presencial.
Cabe decir que una gran parte de los problemas relacionados con la implementación de las TIC pasa por su coste y estandarización y no tanto por su utilidad clínica, la cual a medida que se realizan avances queda más que justificada. Por ello, sería de esperar que a medida que vaya pasando el tiempo, se tenga un acceso más fácil a estas herramientas, y por lo tanto, serán cada vez más utilizadas en la práctica sanitaria diaria. A pesar de ello, y como reto de futuro, existen actualmente en el mercado numerosas aplicaciones digitales que no han sido previamente validadas empíricamente. Es necesario una mayor implicación multidisciplinar para evaluar correctamente la fiabilidad, validez, eficacia y eficiencia de este tipo de herramientas.
Principales herramientas TIC en salud mental
Partiendo de esta base, algunas de las herramientas TIC comentadas y más destacadas que se irán expandiendo en siguientes artículos son las siguientes:
Realidad virtual (RV): Posiblemente uno de los elementos más representativos de la aplicación de las TIC en psicología. La realidad virtual es un campo prometedor dentro del campo de la psicología, con aplicaciones que engloban desde la investigación hasta el tratamiento de problemas de salud mental (Freeman et al., 2017). Aunque en un principio se utilizó para fobias, su uso se ha expandido a otras psicopatologías (Carvalho, Freire, y Nardi, 2010). Por ejemplo, algunas de sus aplicaciones se centran actualmente en los trastornos de ansiedad, drogodependencias, esquizofrenia y TCA (Freeman et al., 2017). Esta tecnología permite introducir al paciente en un entorno virtual controlado, donde podrá interactuar con lo que le rodea, incluso a través del movimiento. Se trata de un elemento revolucionario en el tratamiento psicológico ya que permite al paciente mejorar respecto a su problema teniendo un control exhaustivo de las variables que lo modulan. Sigue a día de hoy en proceso de expansión en diferentes áreas.
Realidad aumentada (RA): A diferencia de la RV donde se introduce al paciente en un entorno virtual, en la RA se extrapolan elementos virtuales al mundo real, pudiendo tener un grado de inmersión muy alto para el paciente. La gama de aplicaciones tiene un rango similar al de la RV, e incluso puede llegar a ser más eficiente, debido a un uso más económico y sencillo. Por ejemplo, a través de RA se podría hacer que un paciente afronte gradualmente una fobia a través de exponer al paciente a una representación virtual de su elemento fóbico, que se superpone al entorno real donde se encuentra la persona.
“Ecological Momentary Assessment” (EMA): Los “EMA” son herramientas que se utilizan para la continua toma de datos de algunas características o conductas del paciente para su posterior uso en el proceso terapéutico (Heron & Smyth, 2010). Se suele realizar a través de algún tipo de PDA (Personal Digital Assistant), diario electrónico o más recientemente, incluso a través del propio teléfono móvil. La particularidad de estos elementos es que permite la recogida de datos de forma instantánea, en el contexto natural y en los momentos que se requiera. Por ejemplo, se puede evaluar el grado de ansiedad respecto a ciertas tareas a lo largo del día, no teniendo que esperar a recogerlo en consulta, dando un valor ecológico incalculable para poder gestionar el proceso terapéutico.
Telepsicología: La «American Psychological Association» (2013) define la telepsicología como la prestación de servicios psicológicos empleando tecnologías de la información y de la telecomunicación, mediante el procesamiento de la información por cualquier medio de tipo electrónico. Como se ha comentado anteriormente, la telepsicología permite realizar las sesiones entre terapeuta y paciente de forma telemática a través de aplicaciones de videollamada. Aunque se puede realizar simplemente como complemento a la terapia presencial, ha ganado últimamente un papel relevante como terapia principal debido al problema sanitario generado por el COVID-19, facilitando en momentos de movilidad limitada el poder seguir realizando el proceso terapéutico de forma normal. Por otro lado, puede ayudar también a agilizar procesos que necesiten una rápida intervención o poder llegar a pacientes que no puedan disponer de desplazamiento hasta el centro asistencial.
Serious Games: El concepto de “Serious Games” se refiere al uso de videojuegos que tengan como fin un elemento terapéutico, como puede ser la adquisición de habilidades, avanzar en un proceso terapéutico o mejorar en la comprensión y aceptación de algún problema (Giunti et al., 2015). Estos videojuegos suelen ser creados de forma específica como herramienta terapéutica, aunque hay casos en que los videojuegos “comerciales” pueden utilizarse con este fin debido a la manera en que están desarrollados. Este tipo de herramienta puede facilitar mucho la puerta de entrada con cierto tipo de pacientes, facilitando su “engagement” en el proceso terapéutico. Es un campo en expansión en psicología pudiendo abarcar una gran cantidad de procesos terapéuticos (Lau, Smit, Fleming, y Riper, 2017), siendo actualmente muy utilizado en psicología infanto-juvenil o en campos relacionados como la educación.
Robótica: En la actualidad, ya se están realizando estudios y test piloto para poder probar la efectividad de usar robots como elemento terapéutico o de acompañamiento y de apoyo en diferentes problemáticas a lo largo de la vida de una persona. Aunque hay investigaciones en todas las edades, destacan su uso en la etapa infantil, y en problemas como los trastornos del espectro autista, donde parecen funcionar especialmente bien para poder trabajar emociones y sociabilidad (Marchetti, Di Dio, Manzi, y Massaro, 2021). Por otro lado, se han hecho diversas pruebas en otras problemáticas hospitalarias para intentar mejorar la calidad en las estancias y mejorar el afrontamiento de los pacientes a los diversos procesos hospitalarios, dando resultados positivos que implican prometedores resultados en futuras líneas de investigación.
Inteligencia artificial (IA): El estudio de las IA es un campo en expansión en una gran variedad de disciplinas científicas, buscando generar inteligencias capaces de gestionar procesos lógicos y generar aprendizajes por ellas mismas. En el ámbito de la psicología es una línea de investigación novedosa e incluso se encuentra en etapas de debate sobre el papel que podría jugar en la psicología clínica (Horn y Weisz, 2020). Aunque hay mucha discusión respecto a la incursión de las IA en el proceso terapéutico, parece existir un acuerdo en que podría agilizar y automatizar muchos procesos que aliviaría la carga asistencial de los servicios de salud mental (p.ej., en la gestión de evaluaciones)s. Por otro lado, se contemplan las posibilidades de utilizarla en procesos de intervención y toma de decisiones clínicas (Luxton, 2014), aunque se siguen barajando sus posibles implicaciones tanto técnicas como éticas.
Referencias
- Belloch, C., Las Tecnologías de la Información y Comunicación en el Aprendizaje. (En línea: https://goo.gl/kDoBvC. Acceso: 20 de diciembre de 2020). Universidad de Valencia, España (2012)
- Botella, C., Baños Rivera, R., García Palacios, A., Quero Castellano, S., Guillén, V., & Marco, H. (2007). El uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en psicología clínica. UOC Papers: Revista Sobre La Sociedad Del Conocimiento, (4), 8.
- Botella, C., & Bretón-López, J. (2014). Uso de las tecnologías de la información y la comunicación en psicología clínica. Revista de Psicopatologia y Psicologia Clinica. https://doi.org/10.5944/rppc.vol.19.num.3.2014.13897
- Botella, C., Garcia-Palacios, A., Baños, R. M., & Quero, S. (2009). Cybertherapy: Advantages, limitations, and ethical issues. PsychNology Journal.
- Carvalho, M. R. De, Freire, R. C., & Nardi, A. E. (2010). Virtual reality as a mechanism for exposure therapy. World Journal of Biological Psychiatry. https://doi.org/10.3109/15622970802575985
- Freeman, D., Reeve, S., Robinson, A., Ehlers, A., Clark, D., Spanlang, B., & Slater, M. (2017). Virtual reality in the assessment, understanding, and treatment of mental health disorders. Psychological Medicine. https://doi.org/10.1017/s003329171700040x
- Giunti, G., Baum, A., Giunta, D., Plazzotta, F., Benitez, S., Gómez, A., … González Bernaldo De Quiros, F. (2015). Serious Games: A Concise Overview on What They Are and Their Potential Applications to Healthcare. Studies in Health Technology and Informatics, 216(August), 386–390. https://doi.org/10.3233/978-1-61499-564-7-386
- Heron, K. E., & Smyth, J. M. (2010). Ecological momentary interventions: Incorporating mobile technology into psychosocial and health behaviour treatments. British Journal of Health Psychology. https://doi.org/10.1348/135910709X466063
- Horn, R. L., & Weisz, J. R. (2020). Can Artificial Intelligence Improve Psychotherapy Research and Practice? Administration and Policy in Mental Health and Mental Health Services Research, 47(5), 852–855. https://doi.org/10.1007/s10488-020-01056-9
- Joint Task Force for the Development of Telepsychology Guidelines for Psychologists. (2013). Guidelines for the practice of telepsychology. American Psychologist, 68(9), 791–800. https://doi.org/10.1037/a0035001
- Lau, H. M., Smit, J. H., Fleming, T. M., & Riper, H. (2017). Serious games for mental health: Are they accessible, feasible, and effective? A systematic review and meta-analysis. Frontiers in Psychiatry, 7(JAN). https://doi.org/10.3389/fpsyt.2016.00209
- Luxton, D. D. (2014). Artificial intelligence in psychological practice: Current and future applications and implications. Professional Psychology: Research and Practice, 45(5), 332–339. https://doi.org/10.1037/a0034559
- Maples-Keller, J. L., Bunnell, B. E., Kim, S. J., & Rothbaum, B. O. (2017). The use of virtual reality technology in the treatment of anxiety and other psychiatric disorders. Harvard Review of Psychiatry. https://doi.org/10.1097/HRP.0000000000000138
- Marchetti, A., Di Dio, C., Manzi, F., & Massaro, D. (2021). Robotics in Clinical and Developmental Psychology. In Reference Module in Neuroscience and Biobehavioral Psychology. https://doi.org/10.1016/b978-0-12-818697-8.00005-4
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